Una de las variantes más importantes a la hora de aumentar la productividad de una empresa además de una mayor calidad en la producción es sin lugar a dudas la energía. Pese a ello, la mayoría de la energía utilizada por parte de las empresas suele ser importada. Por ello, el conocimiento de cómo la empresa contrata su energía, cuales son los procesos en los que más y menos consume, cuanto repercute en sus costes, la comparativa respecto a otras empresas similares, sumado todo ello a las posibles mejoras para rebajar el coste energético, originó el desarrollo de las auditorías energéticas. A causa de la crisis del petróleo, entre 1972 y 1992, se puso de manifiesto la gran dependencia energética que sufría España. Muchas de las empresas que hasta ese momento utilizaban el petróleo como fuente de energía y que alababan su alta rentabilidad sufrieron de esta crisis. Por ello el Estado español decidió incentivar la racionalización del consumo energético. Se realizaron estudios técnico-económicos que indicaron que podía reducirse el gasto en energía, y se decidió finalmente aplicar medidas de esta índole en todos tipos de empresas, pero en su gran mayoría empresas grandes y medianas que formasen parte de los sectores con mayor dependencia energética.
La optimización energética no se alcanzó automáticamente, sino que se conjuntaron diferentes esfuerzos como la realización de auditorías, operaciones de demostración, introducción de equipos, procedimientos más eficientes y esquemas de financiación que permitieron rebajar la dependencia energética de las empresas, pero con el tiempo el crecimiento económico y nuevas exigencias han modulado la mejora.
La auditoría energética es un proceso sistemático mediante el que:
- Se obtiene un conocimiento suficientemente fiable del consumo energético de la empresa.
- Se detectan los factores que afectan al consumo de energía.
- Se identifican, evalúan y ordenan las distintas oportunidades de ahorro de energía, en función de su rentabilidad.
Las primeras auditorías energéticas se efectuaron al colectivo de empresas con gran consumo, más de 10.000 tep/año (Tonelada equivalente de petróleo). El colectivo estaba integrado por 309 empresas que suponían el 65% del consumo español. El guión lo preparó la administración y la presentación era obligatoria. A la vista de los excelentes resultados alcanzados con las primeras auditorías, se efectuó otra campaña dirigida a las empresas con consumos comprendidos entre 2.000 y 10.000 tep/año. El siguiente hito en la historia de la auditorías fué el denominado sistema PADA (Patrón con disminución de aspectos), que se inició coincidiendo con la creación del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía –IDAE– y de las primeras Comunidades Autónomas, con competencias en materia de energía. El sistema PADA se dirigía al colectivo de empresas con consumos de hasta 500 tep*/año.
(*) Tep: tonelada equivalente de petróleo = 10 7 Kcal = 11,628 MWh 29 La coordinación del IDAE consiguió que se estableciera una metodología de trabajo uniforme y se produjera una transferencia de Tecnologías de uso Eficiente de la Energía.
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